28 enero 2011

sueño




¿Es un sueño?
Siento tu cuerpo sobre el mío,
tu boca mordiendo mis labios,
mis manos acariciando tu piel,
mi gozo entrando y saliendo de ti,
tus jadeos inundando mi ser.

He de estar soñando, pero…
siento tus cabellos rozar mi alma,
tu perfume a mujer que me invade,
mi gozo de hombre que me desenfrena,
tu aullido desgarrando el firmamento.

Sin lugar a duda mujer…
amarte es un sueño,
del cual no deseo despertar.

Romero de Buñol
28-01-11

os invito a pasar por mi blog. http://versospaco.blogspot.com

27 enero 2011

Poema de despedida a mi madre


El alba llegó cuando estaba iniciando mi rutina diaria
la terrible noticia de que la vida de mi madre
su espiritu, el soplo, su alma,
habian volado alto esa madrugada,
un 29 de diciembre te quedaste para siempre dormida.

El camino hacia tu morada se hizo infinito
y temblando llegamos hasta su alcoba
para encontarte quieta, inerte, para siempre dormida.
Cerrando tu boquita, acariciando tus manitas,
mi esposo y yo te abrazamos para cubrirte toda.

El llanto, la tristeza larga, el hueco,el vacio,
el dolor que se apodera de tu cuerpo y mente,
nublando los pensamientos para convertirte
en un ser frustrado e impotente.

La noche nunca se acababa
escondida detrás de la luna gimiendo
Los dias que siguieron fueron todos pesadillas,
mi llanto se hizo lluvia torrencial,
mi voz alaridos de espanto,
sonido de quebranto,
mi pluma callada,
y todos los te quiero que nunca te dije
vinieron como ecos
a resonar constantes en mis oidos.

Madre te has marchado
y no estaba lista para tu partida
Madre te fuiste dejandome desolada,
Como explicarte mis suspiros por ti
las veces que me llamaste y no tuve tiempo para escucharte.
Siempre apurada con mis proyectos
Siempre ocupada con mi trabajo
Y te respondia: "te devuelvo la llamada"
y te dejaba esperando...

Llegó tu muerte sin el aviso de la alondra,
ni la golondrina
para entender muchas cosas que antes no pude ver,
y la paloma blanca vino a contármelo todo de ti.

Esa noche del cielo bajo de una nube blanca
de algodón y caramelo,
un angel bello vestido de mujer.
Vino a secar mis mejillas de las lágrimas,
que por ti lloraba madre querida.

Y un desesperante cosquilleo en mi cuerpo
Hizo el recorrido sutil de tus dedos amorosos
tocaste mi rostro, me tomaste de las manos,
y tu voz ronca me repetia:
"no tengas nunca miedo, siempre estoy contigo".
Me habias dejado unas cartas llenas de palabras de esperanza.

Tus manos que fueron las primeras manos que me tocaron,
tus manos que siempre me acariciaron con la ternura
que solo tiene una madre,
tu compasion por mi dolor cada vez que llorando te contaba
lo duro del camino, y todo lo que tenia que afrontar.

Cuantas veces tus manos cansadas acariciaron con ternura
mi rostro de niña
Cuantas veces me dijiste "tu puedes"
Tus versos maravillosos como los del mejor poeta
encontraron refugio en mis letras,
ahora que habias partido reparaba en tantas cosas
que no habia acaso comprendido o querido ver.

Madre mis noches se han hecho largas y solitarias
Madre no tengo a quien contarle muchas cosas,
empiezo a marcar tu telefono y entonces recuerdo que ya no estas...
Te extraño tanto, tanto... me haces tanta falta
eres irremplazable.

Y ahora aprendere a buscarte en los ojos de mis hermanos,
en la mirada de mis hijos y de mis nietos,
Y podre encontrarte en mis sueños,
reconocer tu fragancia,
y moraras para siempre en el huerto de mi alma.

Y otra vez la niebla de la noche
cubrirá mis ojos tristes y cansados,
y al contemplar el cielo
al temblar mi frágil corazón partido
te buscare en las nubes blancas.

Y pasaran miles de años
miles de dias, miles de noches.
Y te seguire amando y buscando en los recuerdos,
pasaran miles de noches en que dormida
iremos de compras al mercado,
al cine, al teatro, a la playa,
cantaremos canciones,
cocinaremos juntas, y discutiremos,
y haremos todas las cosas que hacen las madres
con sus hijos.

Y volveremos algún día a estar juntas
como cuando me cargabas en tu vientre.

Emprendere cuando el tiempo me lleque
el vuelo que me acerque a tu lado
estaremos juntas por fin
madre e hija,
en paz, amor y armonía
donde habitan nuestros sueños
y residen nuestros más fervientes anhelos

Hoy descansas plácida al lado de mi abuela
de tu madre y tus amigos,
ustedes pueden escuchar nuestras voces
Y en la copa de un árbol celestial llevas
tu piano con negras, blancas y corcheas
que se funden en nuestras almas,
en la mas hermosa melodia angelical.
Un concierto de sonrisas
contagiando a las aves
que emigran a donde levita
la inocencia de las mariposas invernales
y la luz brillante
de nuestras amadas luciérnagas.

Junto a muchos niños vestidos de blanco
querubines y angelitos celestiales
danzando y perfumando todo de jazmines,
lo que sentimos tus seis hijitos por ti madre,
que es tan cristalino y puro.

Y hoy, en esta tarde triste de despedida,
te queremos decir madre querida,
que estamos rotos, desgrarrados,
por el dolor de tu partida,
que nos haces falta,
que todos juntos te prometemos
convertirnos en hombres justos,
en hermanos amorosos y unidos.

Te llevare conmigo el resto de mi vida
y se que en la puerta del cielo
nos estaras esperando
para recibirnos uno a uno, en tus brazos
para acariciarnos y limpiarnos
las heridas de los mortales,
para llegar a tu lado
y dormir eternamente
recostada en paz en tu dulce regazo.


(Con todo mi amor y agradecimiento a la memoria de mi madre Barbara Morris, madre de Mary Elizabeth, Rose Marie, Maurice Wayne, Joseph Michael, Gustavo Manuel y Claudio Martin Fernandez Morris).

Marzo 24, 1936 - Diciembre 29, 2010.

20 enero 2011

AMANECER



Hoy vi el amanecer,
vi cómo el sol salía de su lecho,
cómo poco a poco llamaba al día,
y la luz inundaba los campos,
los valles tomaban su color verde
el mar volvía a tener su azul…

Vi salir al pajarito y piar a la brisa,
como se abría una flor que dormía
y una gota de rocío se deslizaba
huyendo del nuevo día,
escondiéndose hasta la noche.

Sí, hoy vi el amanecer,
y contemple la temerosa noche
llevándose los miedos y misterios,
huyendo agazapada entre las sombras
rindiendo su reinado a la luz…

Vi nacer el día,
y me llené con toda la vida
que traía en sus brazos.

Romero de Buñol
20-01-11