Tenías un par de dados,
entrenados,
para caer,
a tu favor.
Tenías el juego ganado,
arreglado,
y dormías,
despreocupado.
La suerte a tu lado brindaba,
se colaba,
en tu mano,
de ganador.
Te sorprendió dormido,
no estabas preparado,
para ese paso en falso,
distraído te ganó.
Un golpe del destino,
te dejó tambaleando,
cayendo y aceptando,
con resignación.
Que tu suerte resbalaba,
se escapaba,
de tus cartas,
marcadas de ambición.
La rula cambiaba el giro,
de sentido,
y me tocaba,
tirar a mí.
Se te da muy bien la poesía. Deberías aprovecharlo.
ResponderEliminargracias guachuflai, me gustan las criticas constructivas, jaja, y viniendo de tu parte se valora seriamente
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