25 mayo 2009

Sonata de soledad



Desterrado,
solo,
malherido,
desauciado.
Me encuentro entre nieblas
por haber amado,
me han censurado
y roto esas alas blancas
que adornaban en mi espalda.
Ahora estoy arrodillado esperando,
que un puñal se clave
en mi desnuda espalda,
que me sesgue la poca vida que me queda,
para así poder vivir
sin cadenas,
sin tí, sin nada.
Tú eres mortal,
yo soy el prototipo de un Dios
misericordioso que,
por celos o por censura
me castiga,
me condena,
poniendo precio a mi cabeza hueca de ilusiones.
Aún noto tus manos acariciando
cada parte de mi cuerpo,
que sepas vida mía,
que no moriré en vano,
estaré con las estrellas
y les susurraré, para que no me oiga
Dios
que brillen para guiarte
un camino,
un destino.
Mas no me voy en vano,
pensando que tú
llorarás mi pérdida,
aunque nunca me conociste, en realidad
me disfracé de humano,
para disimular,
pero el deseo fue tan intenso
que hasta el mismo infierno tuve
que acabar.
By Lan

2 comentarios:

  1. ¡Bellísimo…! De principio a fin, todos los versos son audaces en su pasión, en su amor…en la cadencia y en la elegancia al decirlos.
    Mi más cordial saludo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, creía que era la única persona que usaba lo de cordial en los agradecimientos, pero veo que no. Gracias de nuevo por parar a ver mi poema. Otro cordial saludo


    By Lan

    ResponderEliminar

Mensaje