(Vuelo)
Labios ciegos y en carne viva,
Destrozados por la pasión,
en la oscuridad de mi habitacion.
Tu aliento acelera los latidos,
tus pezones dejan huellas en mi pecho.
En llamas, se derrite mi piel
bajo tus manos.
Tus muslos cual tenazas
aprisionan mis caderas,
el ondular de tu vientre.
marca el ritmo.
Tu humedad cual torrente,
moja todo alrededor,
naciendo flores en el colchón.
Tu boca sigue destrozando la mía,
tu pecho sigue hincando mi deseo
y tus piernas siguen amarrándome a la vida.
Tus manos hacen surcos profundos en mi espalda,
Tu lengua se enreda con la mía.
Busco tus picachos con la boca,
Como un niño hambriento los devoro,
despues les hago una poesía
en la punta de la lengua.
El frenesí de tu vientre desbocado,
a dado paso al de tus manos,
buscando liberarme la cintura,
de la cincha y los vestidos.
Mis manos se distraen en tu nuca,
y la otra por debajo de tu correa acaricia
la redondez de tus caderas.
Me liberas y no es poco,
arrastras mi cabeza entre tus piernas.
Te libero a dentelladas,
tomo el licor caliente de tu hoguera.
Me aprietas fuerte entre tus piernas,
Vuelvo a tu boca
convidándote el sabor de tus querencias.
Formas un valle
una cañada,
me lanzo de lo más alto
y vuelo.
Juan Calle-Bellido
admiro tu atrevimiento al hacer este tipo de escritos. denota una sensibilidad peculiar.
ResponderEliminara mi no me saldrían. o no me atrevería. jaja.
y reconozco que son buenos.
saludos
muchas gracias ratinfuso, viniendo de ti es un halago.
ResponderEliminarAtrevido y sensual Juan, coincido con mi amigo Ratinfuso en que es valiente escribir así, me gusta.
ResponderEliminarUn beso!
Muchas gracias marijose, a mi me encanta leerte..
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