06 junio 2009

Érase un hombre...

Érase un hombre… (emulando a Quevedo)

Érase un hombre a un café pegado,
con sacarina y no azúcar
padecía de la glucosa
y no estaba bien controlado.


Érase un hombre encerrado
en la esfera de su reloj dorado.
Érase un hombre con el tiempo
al trasero pegado,
corre arriba corre abajo
a todos lados retrasado.


Díjole un cacereño curioso e intrigado
“oiga Usted, ¿Por qué está tan angustiado?”
¡ caballero no moleste !
que no tengo tiempo para estar aquí con Usted
echándome un parlado.


Corriendo al banco.
Corriendo a hacienda.
Corriendo a por el regalo
de su hija olvidado,
llegando a todos lados retrasado…


Érase un hombre con el “tic tac” detrás.
Poco tiempo, pocos recados completados.
Y al final no hacía nada, o sí,
llegaba tarde, solo y angustiado.


Julián Nailes.

6 comentarios:

  1. Buena parodia de Quevedo. Muy ocurrente.

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  2. Pues vaya, hoy sábado que llego estresada de la oficina y pienso en descansar leyendo, me encuentro esto jjajajaja

    Un saludo rápido que no tengo tiempo

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  3. Fail !!! pues a relajarseee un rato ;)

    bezzz

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