04 junio 2009

Rosario

Amor extraño. Oh sí! Tus abrazos, tus besos y caricias. Tu presencia toda. Escucharte y mirarte atentamente, aún sabiendo que no podría tenerte más de unas pocas horas.
Siempre fue así, desde hace años.
Sos la persona más importante que pueda mencionar, después de mi hija claro.
Estás tan lejos y, sin embargo, sos la persona más cercana que tengo.
Amo tu ciudad sin conocerla. Rosario. Tu dulzura, tu sabiduría y tus buenas acciones, despertaron en mí cierta admiración, además del interés que me genera tu persona.
Es difícil de explicarlo. Nadie lo entiende. Nadie “nos” entendería nunca, lo sé.
Hoy son sólo recuerdos maravillosos. Los más tiernos, gratos y dulces recuerdos. Después vinieron otros, por supuesto; pero esos pertenecen a otra historia.
Estas líneas son sólo para ti, sabiendo que no vas a leerlas porque no te lo permitiría nunca. Te extraño. Extraño nuestras largas charlas. Las caminatas. Especialmente la última, aquel día de lluvia, dónde viniste exclusivamente hasta Puerto Madero, sólo para darme un abrazo.
Uff! Cómo pasa el tiempo! Cinco años ya…
Siento mucha tristeza. Tiene que ver con el saber que ya no existen las posibilidades. Con el aceptar resignarse, después de todo. Aún así yo te extraño y te necesito tanto…
“Ahora es nunca- Todo es nada” canta Gustavo Cerati y, debo reconocerlo: esa frase encierra todo esto que pasa. Que me pasa. Que nos pasa… Amor extraño…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mensaje