14 julio 2009

Algo sobre mi madre

Mi madre, la viejecita gordita con ojos negros brillantes y mirada transparente como agua de manantiales. Esa la de cabellos blanquecinos desteñido por los años, con la carita sonriente que le gano a la tristeza; la que cuando habla emana miel con su suave voz y es así como endulza mi corazón. Cuando pasas por su lado destila aroma a azahares por esa piel cansina ya curtida por la vida.Esa señora bajita, que con destreza camino la vida, la que hoy ya no camina, pero adquirió mucha experiencia, la de pensamientos sabios y buenos consejos vertidos, que con sus conocimientos y su experiencia de vida, intento alejar el mal del camino de sus hijos.La que consiente y malcría a los hijos de sus hijos, cocinándoles sus preferencias, e inventándoles historias. Esa que ruega a Dios, encomendándole su prole: “Señor líbralos del mal y de caer en tentaciones”, y si a alguno algo le aqueja, ella se desespera por mitigar su dolor. Entonces su mirada diáfana, se oscurece bajo las sombras de ojeras, y sólo la recupera cuando ya paso el dolor, y puede mirar con gozo y complacida a los frutos de su amor.

3 comentarios:

  1. Benditas las madres!
    Hermoso poema!

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  2. Ha sido una excelente propuesta la de este sábado y la tuya una emotiva historia!!


    Un abrazo!

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  3. Gracias muchachas por sus comentarios.

    Un besito.

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