16 julio 2009

Psicología de un pecador.

Como el fuego no redime pecados, el templo no borra heridas ni salva almas. El Quijote no encarna y pelea tus batallas, Simón no aparece y carga tus cruces, la Madre Teresa no vive y alimenta tu ser.
Maldecimos, erramos y pecamos, damos un certificado de tristeza para no luchar por la verdad. La vida sonríe así como traiciona, tiene juegos sucios y un as bajo la manga, nunca se ha tenido nada y aún así nunca se perderá. Las decisiones son una ruleta rusa, una máquina sin tiempo que no se pueden corregir o rehacer. El resentimiento es una basura pero el perdón cuesta más que una aguja en una pajal. El tiempo cura las heridas pero la medicina se pierde en el camino, arrastramos el orgullo con la cadena de nuestros sueños., nos hundimos en un vaso de agua cuando solo es un laberinto sin salida. Enterramos los recuerdos en el baúl de nuestro futuro para atormentarnos con huellas de fantasmas.
Y aún así queremos volar, con todas esas cadenas atadas en nuestros pies y queremos reír sin saber aún como ser feliz.

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