04 agosto 2009

No hay lugar, ni momento, ni hora.

Quisiera ser el tacto sutil de la sabana que cubre tu piel,
y arroparte cada noche con mi mirada mientras tú caes en los brazos de Morfeo.
Quisiera ser el viento en tu pelo; ese que alborota tus cabellos.
Quiera ser la brisa, esa que acaricia tu cara mientras tú
vas recorriendo los senderos de esta vida.
Tal vez llegué demasiado pronto o tal vez tarde, ya no hay lugar para mí.
Si besar tus labios fue un sueño, si tocar tu piel me quedó prohibido,
si ya ni siquiera puedo hablarte. Pues no hay lugar, ni momento, ni hora.
La hoguera empezó a quemarse y mis deseos arden ya.
El fuego fue apagado por las tormentas.
Vuelan las pavesas atravesando el cielo y el mar.
Caen ellas; grises y amargas sobre la tierra y lo empañan todo.
Y bajo el sol de este verano se hielan mis lágrimas.
Un frío invernal se posó en mi alma.

5 comentarios:

  1. El dolor que es sentir el invierno en pleno verano..pero se que no se posara para siempre, poco a poco ese sol de verano, le devolvera la luz a tu cuerpo...
    Besos!

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  2. Seguro que alguna de esas pavesas se resistira a morir y provocara un nuevo fuego ¡que asi sea!
    Un abrazo

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  3. gracias por leerme Anny un beso

    un abrazo Cani y gracias por leerme

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  4. Belleza despiadada que desgarra. sus letras de invierno vestidas enternecieron la melancolía de un lobo que aulló en la lejana colina vacia.

    Aullidos y saludos

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  5. Bitácora del Gran Lobo Gris gracias!!!!!por leerme
    un beso

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