Te sentí llegar, detenerte a mi lado, pararte a pensar; remolinos en los pies, cereza en tu mirar, nobleza al pensar, certeza, reinventarme y al hacerlo descubrirme furtivo en ti; revivir al saberte en mí, soñar, pensarte y querer estar...
Sentí tu abrazo, la voz de tu cuerpo al suspirar, la entrega en tu piel, tu caminar, tu marcha y al volver regresar y no estar, retomarte y querer, al hacerlo estar… Fue soñar con tenerte y ya no estar, pensar; perderte y pensar, reconducir y empezar; retomar, palidecer al saberte lejos y pensar, pensarte cerca y pensar…
Querer y no poder, incitar, invitarte a mí y descubrir, sentir, ser de nuevo sed de ti, probar, probarte y pensar… Pensar y hacerlo en ti y sin ti, volver y hacerlo por ti, para ti y pensar sin verte en mí. Piel con piel, tu cuerpo, sabor dulce y pensar, pensar, pensar…
Yo soy aire, luz, fuego y soy por ti, cadencia imperfecta salvada entre tus senos, acariciar y subir; asaltar tus labios, beber de ti, ser y estar; contagiarme de ti, consumirme, creer y creerme en tu claridad, ver en ella, seguir tu estela, llegar a ti... Tú eres luna, alma y cielo, brillo entre estrellas hasta llegar; subir y descender, entrar, querer y pensar, pensar, pensar…
Gracias de nuevo por cederme parte de vuestro espacio. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarque duro es el amor a veces, y sus evocaciones, sus deseos, sus extrañezas. Pero eso es lo mejor, siempre es genial ;)
ResponderEliminarBezzzz