Mendigo

Nunca pensé que iba a ser de esta manera, nunca imaginé que mis miedos podían llegar a ser tan reales, nunca contemplé la posibilidad de que todo sucediera así... cuando creo estar más seco que un desierto aparece un llanto que revuelve mis entrañas, me olvido hasta de mi nombre.

Tal vez actúe como un tonto para los otros, pero cada latido me parece el ultimo, cada mirada me sabe a final, cada encuentro me parece un regalo de dioses... hasta el abrazo de un desconocido me resulta especial cuando descubro que me he convertido en alguna clase de mendigo.

¿Y quien está dispuesto a viajar a las tinieblas para regalarme un poquito de su luz?

Hasta dios se ha olvidado de mi voz

¿cómo decirle a la gente lo que pienso sin parecer un idiota? Prefiero encerrarme antes de volver a poner la cara. Hace poco les mostraba mi optimismo y ahora me da vergüenza que vean que todo lo que decía se fue al traste, me da vergüenza que descubran que soy un perdedor... que esto me está ganando; lo peor de todo es que juzgan desde sus lugares, creen entender las señales de los rostros y lanzan su opinión sin saber qué es lo que estoy sintiendo (físicamente) para que hoy diga lo que digo.

-"pero te ves bien, no te quejes y se fuerte... pelea, ya veras"

Clichés de quienes no han vivido lo que mi carne me regala... no basta con tener un buen semblante... lo que mata se lleva adentro, lo que mata engaña, lo que mata traiciona.

Nunca había llorado tanto, me había negado el hacerlo... me había dejado llenar la cabeza de un "positivismo" estúpido que solo me servía de vago y maldito placebo; si lloro no soy menos hombre, tampoco me hago débil o "negativo" por hacerlo, si lloro me libero (eso lo viví el martes). Hoy le pido perdón a mi cuerpo por no haberlo hecho antes, me avergonzaba que todos creyeran que mi llanto me hace débil, tonto o hasta "emo".

¿Para qué tengo emociones si me rehúso a usarlas?

Puede que siga mendigando pero mi cuerpo entenderá..

palabras desde mi enfermedad