07 septiembre 2009
Tormenta y lluvia
Mi esposo duerme, afuera llueve. Yo escribo. Afuera la tormenta hace que las ramas de los arboles bailen, los pajaritos se esconden. Pienso, siento, aprieto mis ojos, qué melancólico se ve Miami bajo esta lluvia. Como mi esposo duerme y mi gata Britta a su lado, salgo traviesa a mojarme en la lluvia, a jugar como lo haria mi nieto Dario con los charcos de agua, splash, splash, la gente dentro de sus casas y yo jugando con la lluvia. Espero que los vecinos no esten mirando por la ventana, pero si me ven, que importa. Me hacen falta muchas personas que tengo lejos, me falta la bulla de mis hijos, las travesuras de mis nietos, mis hermanos, mis amigos, los que tengo lejos, los otros, los que se fueron de este mundo. Susurros, oigo susurros, puedo decir que es el viento que sopla en mi oreja, susurros que me hacen vivir. Siento cerca a mis seres amados. Aroma de recuerdos, aroma de nostalgia.
Entonces soy una de las protagonistas de mis libros, una que vive lejos de Lima anorando el malecón de Miraflores, su habitación en la residencia de Madame Lanvin en la bella París, la casa de campo en Chosica, los viajes de campamento a Tarma, los dias de finales de la decada de los sesenta (hace cuatro decadas) cuando con su hermanita viajaron solas a Europa y conocieron Madrid, Londres, Paris y lograron guardar sus virginidades que quisieron ser burladas en Madrid y en Paris... en Londres tuvieron mejores momentos. No se porque de repente la lluvia me hizo retroceder cuatro decadas. Teniamos solo 14 y 15 y solas lejos de Lima. Mi hermanita lucia de 12 y yo parecia de 18.
Anoche, desde una terraza de un alto edificio en Brickell en pleno centro de Miami, la ciudad se veía luminosa, preciosa, pero me hacian falta las montanas...el aire de la Sierra ... ganas de esos picos cubiertos con nieve, ganas de los Andes, de la naturaleza que no ha sido maltratada con el maquillaje de la modernidad, conforme envejezco admiro mas y valoro mas todo lo natural, es un imperio desaparecido.
Hay un vagabundo caminando solo por la acera brillante, luce muy delgado, escualido, elástico, solitario, me hace llorar, me despierta el instinto maternal, quiero salir corriendo a su rescate, quiero vestirlo, pedirle que se de una ducha larga, sentarlo en mi mesa y brindarle un plato de sopa bien caliente con muchos vegetales y verlo devorarlo en su integridad porque tiene hambre vieja. Me dice mucho con su mirada.
La lluvia en otros lugares nunca me puso triste. Mi protagonista le habla a su mamá: madre, vi las fotos, aquellas donde estábamos... recuerdas, la casa de campo en Chosica, los dias de campamento en la hacienda del tio del abuelo? Nos levantábamos muy temprano, veiamos salir el sol, el frío calaba todos los huesos y nos poniamos los ponchos de alpaca, era un frio helado pero era agradable. Todo ese mundo se fue, pertenece a los recuerdos de hace cuatro decadas, sin embargo viendo estos retratos es como estacionarse en el tiempo. Que distinto era todo, tu eras tan joven y tan bonita, tan llena de vida y salud. Yo era tan rubia y tan inocente.
Todavía en los caminos de mi mente, en esos caminos en donde tengo todos mis escritos esperando ser plasmados en el papel, tengo un capitulo en donde no se como describir una escena de un cholito talentoso que baila un DANZA INCAICA, hay otras escenas tipicas de las calles estrechas y empolvadas de la Sierra de mi amado Peru. Escucho los susurros que me dicen "escribe todo eso". Pero a fuerza de escribir ciertas cosas se vuelven demasiado dolorosas, simbólicas y como que van adquiriendo un valor o un peso que no tienen o no deben.
Es algo que le ha pasado a mi protagonista con sus experiencias con los hombres. Solangel se ha pasado la vida construyendo sus dias con sus ilusiones de que encontraria el amor verdadero y entonces ha ido dejando un pedacito de su corazon en cada companero, llega a tener relaciones con muchos hombres pero se queda estacionada en Roberto el amor imposible de su juventud. Ella piensa:... Roberto... han pasado miles de lunas y todavia sigues prendido... despues recuerda a Alberto, a Ramon, a Ricardo, a Alejandro,a Alfredo, a Nicolas, a Rodrigo, van ocho... se puede haber amado a ocho hombres? y siente nostalgia, tristeza, se desespera, se abraza a la almohada, esa almohada que ha empapado de lagrimas por toda una vida, siente que nunca tuvo suerte en el amor.
Y llueve, llueve, en Miami, en la mente de una escritora en progreso.
Esta es la bitácora virtual de pedacitos de mi vida y del libro que fue publicado en Junio del 2009. Estos son pues retacitos de mis primeros libros y también mis primeros pasos como escritora, poeta y recolectora de cuentos e historias. Bajo mi nuevo nombre de “Mariangeles” que es una de mis protagonistas de Luz de Almas Viejas. La idea es que este BLOG sea un espacio de registro del proceso de creación, publicación y otras de mis experiencias y lo que llamo los "Pedacitos de mi vida". Aquí comparto con ustedes queridos lectores mis opiniones, vivencias, las cartas de mis amigos, lo que siento, fotos, recortes,chistes, pensamientos, lo que pienso y plasmo en el papel y de todo un poco. Bienvenidos sean todos ustedes a mi mundo literario en donde puedo ser, sentir, expresar y jugar con las letras armando y arreglando un poquito los problemas de nuestras vidas de hoy en este siglo XXI. Soy Mary Fernandez y escribo para los pobres, para aliviar el hambre, todo el dinero de la venta de mis libros es para obras de caridad para el Centro Luz de Almas del cual soy fundadora y al que le trato de dedicar todo mi tiempo libre.
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"La naturaleza que no ha sido maltratada con el maquillaje de la modernidad, conforme envejezco admiro mas y valoro mas todo lo natural, es un imperio desaparecido"
ResponderEliminarMe encantó este fragmento... conciencia verde... poesía hecha prosa para la conservacion...
En general este texto te quedó LINDO... del cuarto a las charcas y al pasado!...