A MI SUJETO TÁCITO:

Te extraño, te necesito, te quiero (te quiero, si). Te escribo casi siempre, te pienso cuando no. Te espero, te hago cosquillas y a veces también te hago enojar. Te escucho, te cuento mis cosas, te invito a merendar. Te saco fotos, te muerdo los cachetes, te canto canciones cursis, te hago pasar vergûenza. Te perdono todo, te pido perdón. Te abrazo para dormir la siesta, te llamo por teléfono, te corto el teléfono. Te gano en el ahorcado y en las discusiones sobre política. Te insulto y después te doy un beso, te prohíbo que toques mis cuadernos, te regalo mi golosina favorita porque siempre me das la mitad...
Todo eso hago; y siempre así, sin nombrarte. Ayer me preguntaste el motivo: "Eso es para mi, ¿por qué no lo aclarás al final aunque sea?, ¿cuándo vas a poner mi nombre en las cosas que me dedicás?...". Yo me reí y te respondí: "NUNCA". Simple.
Si supieras que tu expectativa me llena de ganas...Es que cuando te sentás a leer lo que te escribo, abrís los ojos enormes y te tragás las oraciones rapidísimo para llegar al final y comprobar si esta vez si te nombré. Y nunca llega esa vez en la que tatúo tu nombre entre mis letras; entonces tu expectativa sigue ahí, intacta. Y siempre que vas a leer, hay algo que esperás encontrar, y que vas a esperar encontrar hasta el día en que finalmente lo encuentres. Aunque ese día no llegue, pero eso no importa, porque tu expectativa no se va. Y yo no cambio todo eso por tipear siete letras...
Además no te imaginarías la cantidad de gente que me pregunta por vos: "¿Quién es?", "¿a quién le escribís todas esas cosas, lo conozco?", "¿che, y hace mucho de esto?". Mis amigos sobre todo, que están como locos porque no les doy ni una pista...
Y decime, ¿creés que es tan importante que tu apelativo aparezca acá? Yo creo que sigue siendo más divertido lo otro: que mis amistades jueguen a los detectives, que vos juegues a las escondidas...Y yo, no sé, supongo que juego a no decir quién sos y a ser feliz con eso a cuestas.