Frente a frente, al fin.
Nos miramos y nos reconocemos,
y silenciosos al acercarnos
abrimos nuestros brazos,
mostramos nuestras almas
que se funden silenciosas.
Abrazo tu cuerpo, abrazas el mío
apoyo mi cabeza en tu hombro
huelo tu ser,
apoyas tu cabeza en mi hombro
hueles mi ser.
Apretamos nuestras almas
que intentan fundirse más allá
de los cuerpos que nos visten.
Nos miramos a los ojos,
y volvemos a fundirnos en el abrazo,
apretando nuestras almas,
llorando lágrimas de júbilo,
besándonos…
nos apartamos…
y hablamos de todo aquello
que día a día siempre soñamos.
A la despedida…
otro abrazo donde las almas
de nuevo se vuelven a juntar
y lloramos… por la duda
¿Cuándo de nuevo…
nos volveremos a encontrar?
Paco
28-03-10
Amigo hay una sugerente y bella melancolía en el mensaje de este poema que me ha gustado y lo disfruté leyendo.
ResponderEliminarSaludos y si te pasas por mis versos igual los disfrutes... No sé cuando los colocarán...
Un beso
Amalia
Un abrazo puede decir más que muchas palabras. Nos deja ese sabor al reencuentro.
ResponderEliminarTe dejo un cordial saludo desde Berlín.