me voy lejos,
donde mis miedos no me alcancen,
donde mi alma se sienta libre.
me voy,
y no miraré atrás,
mis ojos clavados en el horizonte
y la maleta de mi alma,
llena de aire nuevo.
Me marcho,
y no sé cuando regresaré,
cuando mi alma esté otra vez completa,
cuando no duela echar la vista atrás.
Me voy lejos,
donde el dolor no pueda seguirme,
donde pueda olvidar
que algún día fue triste.
Me voy,
pero prometo volver.
Toda persona que se marcha, sabe que va a volver.
ResponderEliminarEl efecto boomerang digamos.
es el triste y real momento y situación critica de olvidar por duro que sea, aunque tambien es algo absurdo el hecho de arrastrarse por las brasas sabiendo que queman, si se pudiera hacer algo.
ResponderEliminarLo malo es tragarse el ardor del fuego sin remedio ni alternativa.
Un bonito adiós
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