Dando surcos en el aire,
vuelan alto mis ilusiones,
de Madrid al cielo
y a ninguna parte,
llevándose consigo
los jirones de la edad,
y una verdad
atrapada en el tiempo,
como estatua de sal,
como los secretos,
como los tangueros,
como esa eterna nave
que nunca ha de tornar.
vuelan alto mis ilusiones,
de Madrid al cielo
y a ninguna parte,
llevándose consigo
los jirones de la edad,
y una verdad
atrapada en el tiempo,
como estatua de sal,
como los secretos,
como los tangueros,
como esa eterna nave
que nunca ha de tornar.
Confieso que me intriga un detalle.
ResponderEliminarGato Negro, sos de España?
De ser así, te envío mis felicitaciones (por el texto y ¿por qué no? por la nacionalidad) desde Argentina.
pues si las ilusiones siempre están en el aire.
ResponderEliminarun saludo desde Andalucia