28 abril 2009

La vuelta al mundo en una King Size.

Nunca me resultó complicado dormir en sábanas ya revueltas, enredadas o incluso transpiradas. Lo encuentro casi normal o rutinario.

El delicado problema reside en intentar dormir en esas mismas sábanas cuando no fue uno el que las revolvió, cuando no fue uno quien las enredó, cuando no fue uno quien las transpiró, etc.

El olor a piel ajena en una sábana no es nocivo para la salud, pero quienes hayan tenido oportunidad de experimentar este fenómeno sabran lo díficil que resulta dormir en ellas.

3 comentarios:

  1. jajajajaja, pues sí, te entiendo, soy muy "receptiva" para los olores, propios o ajenos.

    El olor... Ese extraño mundo tan desconocido a veces...

    Pero, ¿a que es diferente cuándo están revueltas, enredadas y transpiradas por ese olor compañero y amado? No el de el perfume, el personal (teniendo en cuenta un mínimo de higiene, claro, ja)... Entonces es como meterte en las tuyas propia (que probablemente también lo sean).

    Un beso,

    Mar.

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  2. Totalmente de acuerdo con Mar, si el perfume corporal es el del compañero/a incluso a lo mejor ayuda a coger el sueño =).
    Pero si es otro la cosa cambia.

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  3. Ahí voy, ahí voy!

    A veces el peor olor no es el del sudor.

    Ya está.

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