07 mayo 2009

El gentil

Bueno, heme acá enfrente del monstruo este dispuesto a escribir.

Apunto agradecimiento a don Gato Negro por hacerme partícipe del coso este (a ver como nos va con esta minificción)

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Crecí en un ambiente muy femenino él, con mi madre cuidando de mis hemanos y de mí, de mis tías y vecinas a la cuales divertía con los chistes algo altisonantes que les oía a los conductores de bus que se setnaban a tomar cerveza en una tienda que había camino del colegio, y a cada chiste recibía gentiles arrumacos, en muestra de divertimento, de vez en cuando leía apartes de textos de el señor castrillón (N.N. para los que se acuerden), y trataba de hacer algo cómico para hacer tolerables las tardes de aquellas mujeres, que sonrieran a gusto sin tener encima la mirada inquisidora de sus maridos, siendo su asomo de infidelidad, donde una mujer puede ser la más feliz de todas (o eso me dijo alguna vez una de ellas).

Madre siempre me inculcó, que las puertas del alma de una mujer no tenían llave, que lo único que necesitas es saber llamar a la puerta, que no importase quien fuera o donde estuviera, a una mujer siempre le gustaría un hombre gentil, encantador él, que esa era la forma de llegar a esa puerta.

Quizá todo aquello que madre me metió en la cabezota me haya servido de algo, creo conocer a mujeres excepcionales, que apesar de haber fracasado en un matrimonio, haber tenido una buena esposa y que me haya regalado una hermosa hija... pero al parecer no sirve para que ella de la que estoy enamorado confíe en mí.

Aquellas cosas buenas que la vida te regala, compártelas con el mundo, me dijo alguien alguna vez, los regaos de que me hizo mi madre no son para mí son para el mundo, para las personas que me encuentro en el camino, ¿como poder evitar la desconfianza de ella si así llegué a tocar su corazón?, como hacerle saber que ella posee el contrato de exclusividad de mis sentimientos, que, ella es dueña y señora de ellos, que el ser gentil, no necesariamente es símbolo de engaño. No puedo ser uno con ella y uno con el resto, eso si seria un engaño.

La amo, con ese sentimiento inagotable, que se renueva a pesar de refundirse en ocasiones entre anaqueles de recuerdos,  y ese amor simboliza el amor que madre me inculcó por la mujer.

1 comentario:

  1. amor, alma, temas universales, como dios, como la existencia humana

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