09 mayo 2009

La leyenda de Cascabel


Se llamaba Cascabel, pero todos le decíamos Willy Fog… Vivía en una librería especializada en viajes y guías turísticas. También podías conseguir planos de medio mundo… pero entre tanta información vivía ese gato…. de padre desconocido y madre anónima… un día la señora L le vio en frente de su escaparate echo un ovillo y desde entonces permaneció allí.

Como todos los gatos Willy fue siempre un asocial por naturaleza… esquivaba todas las caricias menos las de la anciana L. La cual le cuidaba con esmero e incluso cocinaba en especial para aquel visitante que se había convertido en parte de su familia se sintiese en casa.

Ella, él y su juego de tazas de te de porcelana. Algunos clientes la obsequiaban con tales artículos a la vuelta de sus viajes por el mundo. Ya que ella no tenia un volumen enorme de ventas… pero si una clientela fiel que al salir por la puerta se despedían de los dos.

Particularmente él… hacia caso omiso a los clientes… le gustaba enroscarse en su cesta de mimbre y pasar el día dando vueltas al mundo entre los ronroneos de su sueño… A L se le caía la baba mirándole dormir como un angelito.

Llegados un día Willy pidió la factura y salio de la tienda. Evidentemente L no le cobro nada por la estancia, pero es que W era un gato de mundo y tenia que salir tarde o temprano de su reclusión en la vitrina del local.

No se llevo ningún equipaje, ni siquiera su cuenco de barro favorito donde la leche le sabia de mil colores… lamió la cara de su antigua dueña y le saco una sonrisa entre las lagrimas que callan por su cara. Se froto con ella contando las vértebras en su nariz y término acariciando su mejilla con la cola conforme a ella le gustaba.

Salto del mostrador y se mezclo en las calles de Madrid. Se perdió las pistas de sus huellas pasada Andorra… la nieve fue un manto blanco que hizo impoluta la huida de España… algo que sentía dentro de él.

Durante 3 o 4 años vago por media Europa visitando los monumentos que había visto y vivido en los libros de viaje… y comprendió el sentimiento que experimentaba al sentirlo en persona ya que se había pasado media vida viéndolas en sueños.

Pasado ese tiempo regreso a la tienda y la abuela lo acogió sin resentimiento ninguno. W le mostró con un mapa los pasos que había seguido y reflejado en sus ojos amarillos le hizo una visita guiada por todos los recorridos turísticos que había contemplado.

Aquella noche L murió con el recuerdo del Bósforo llevando a la luna en su seno… esa mujer nunca tuvo el valor de salir de la península pero aquel pequeño gato había conseguido lograr sus sueños mas anhelados.

El gato recibió la herencia y un montón de ancianas quisieron acogerle en sus hogares no sin recibir la pequeña tienda. Willy las rechazo a todas y paso el resto de su vida enroscado en su cesta… dormía junto a los libros… pero se alimentaba de los recuerdos que había adquirido.

La vieja falleció feliz… porque su gato realizo sus sueños por ella… atada a una silla de ruedas desde su infancia y encontró en un compañero bipolar las fuerzas de seguir llevando el peso de mundo a cuatro ruedas.

Willy vive y ella muere… porque en una vida de perros… el gato es siempre el más oportunista.

3 comentarios:

  1. se parece al zorro de firefox!, jaja, aunque es un gato/a.

    muy bien. me has abierto la cabeza en cuanto a lo del oportunismo. buena aportacion. Así que tenias varias prosas escondidas por ahii...

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  2. Jajaja todas a buen recuado en la cabeza... de vez en cuando hay que dar algo para poder asi seguir viniendo aqui... a leer al resto de contadores de historias y cuentos.

    Estoy en la casa de los gatos... donde mejor para un lunatico que adora acariciar texturas

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