03 mayo 2009

Las alas del alma


Miro mis manos están cubiertas de arena, miro mis cuerpo, parece tan refulgente. Parpadeo y dirijo mi mirada al mar, allí sentado se encuentra alguien, quiero decir algo, pero ni tan siquiera consigo abrir mis labios, que permanecen como si estuvieran sellados. Entonces decido levantarme y dirigirme hacia esa persona.

Comienzo a caminar lentamente, cada paso me cuesta parte de mi alma, pero poco a poco me acerco. Cuando estoy los suficientemente cerca como para distinguir bien la figura, veo que de él emanan unas alas, con unas plumas tan bonitas, que solo al mirarlas puedes percibir su delicadeza y su blancura, casi como si estuvieras tocándolas. En su espalda se dispone una rosa, la más bella que haya visto jamás. Sobre sus hombros se disponen unos cabellos tan refulgentes y delicados como el mismo Sol. Parece como si estuviese desnuda pero al mismo tiempo vestida por un manto de belleza. Derepente abro los ojos y estoy en mi cama, empapado por la oscuridad de la noche, y el silencio más profundo.

Una noche más el mundo de los sueños me reclama hacía sus dominios. Consigo cobrar consciencia, y me dispongo en un enorme cementerio, con tumbas por doquier, pero no es un lugar desagradable, todo lo contrario, la calidez de esas piedras labradas y dispuestas al azar, es acogedor. Cada una de ellas encierra miles de historias que nuestros oídos no quieren oír simplemente. Miro al horizonte y allí junto a esa majestuosa iglesia esta el ángel, pero esta vez, es diferente, porque el me mira también, aunque no directamente. Él comienza a caminar en dirección hacía mi, ahora soy yo quien no puede moverse ni un ápice.

Se encuentra tan cerca, pero a la vez tan lejos….

Día tras día acude a mis sueños, en lugares diferentes, unos familiares, otros no tanto. Pero en ninguno de ellos consigo entablar conversación con él.

Pero con el paso del tiempo, no solo acude ami en sueños, sino que puedo ver su figura en momentos de silencio y caminar en soledad, en cada rincón lejano que diviso. Otras veces pienso simplemente que está junto ami, percibo su presencia aunque no esté forma, noto que envuelve con sus alas, me arropa y me protege.

Pero una noche cuando Morfeo se dispone a tomar posesión de mi alma, escucho un toque en la ventana, y veo una figura. Me levanto para acercarme a ella. Esta vez permanece inmutable. Abro la ventana y allí se encuentra frente ami al fin, el ángel más bello que se pueda uno imaginar. Me mira y abre sus labios, deseo que sea para rozarlos con los míos. Pero es para decirme

- Todos podemos volar, tus alas son tan grandes y bellas como las mías, solo que olvidamos como hacerlo. –



1 comentario:

  1. Es una pena que no se pueda leer todo, hay pedacitos que faltan... lo que pude leer me gusto mucho, ojala puedas arreglarlo para que tengamos todo el contenido.

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