Jamás lo hubiera creído,
al final te has ido
sin haber sabido,
muy bien a dónde vas.
Qué malo es haber caído
en el brazo torpe del olvido,
rodando escaleras,
por la puerta de atrás.
Y yo que siempre había lucido
mí disfraz de barrabás,
de crío malcriado
y descarado,
ahora me veo,
con una espina en el costado,
adorando la fruta del pecado,
la misma bruja,
la misma manzana que Adam.
Qué falta de compostura,
y que mal porte en el talle.
Pero qué tristes son los domingos,
y que vacías están las calles.
qué derroche de noches,
qué baile de fantoches,
que se codea por la ciudad.
Y cuanta crueldad
para el que habita en la ermita
de la soledad
Qué largo y extenuante,
el camino del alma errante,
que camina por caminar.
Me encanto...el final me mató!
ResponderEliminar"..Que largo y extenuante
el camino del alma errante,
que camina por caminar".
Ohh Soledad, fuente de inspiracion...
"caminante el camino se hace al andar"....
ResponderEliminarpues si, pero aveces que difícil es y cuanto cuesta caminar por este mundo...vagar cada día, sin saber muy bien hacía donde vas y para qué.
en fin seguiremos un día más.