Primeiro foi o mar
dempois a pedra...
Primeiro foi o mar, dempois a pedra.
¿Qué quedará de nós?...
Unha espuma levísima,
fado de Amalia para unha travesía.
¿Qué loita de navíos?...
¿Ónde o naufragio daquela Nau Preta?...
Primeiro foi o mar,
mais non é certo que a corrente nos leve:
Correspóndelle á onda repetirse de novo,
devolver algo vivo por unha dor tremenda.
Alas pasan, indómitas, altas como trofeos.
Sobrevoan a orela onde ti e máis eu nunca estivemos.
Arestora que parou de chover corenta días e corenta noites
é preciso esquecer o diluvio, decir que xa podemos
coroarnos cun ramallo de olivos.
Ah, si, país de outono dende un trono de sombras!
Hai un porto inmediato afincado nas pedras.
Agora só a barca varada e nós mesmos.
Cuenta la leyenda, recogida en la Crónica General de Alfonso X el Sabio, que en tierras donde hoy se levanta A Coruña habitaba un gigante llamado Gerión que tenía aterrorizados a los habitantes de la zona. Acudió en su ayuda Hércules, hijo del dios Zeus, que tras luchar durante tres días contra el gigante, y al vencerlo, cortaba su cabeza mandando enterrarla construyendo una torre para conmemorar su victoria.
Ampliando el relato, se dice que Gerión era perseguido por Hércules por haber deshonrado a su hermana; en su huida viajó desde la costa gaditana subiendo el Atlántico hasta llegar a un terreno abrupto donde pasó la noche escondido en una cueva. Hércules lo siguió hasta allí y lo encontró dormitando. Lo despertó batiéndose en una lucha a muerte de la que Hércules resultó vencedor. Para conmemorar su victoria el héroe mandó construir una torre y ordenó tallar en el faro los nombres de las personas que admiraran su obra. La primera mujer se llamó Crunna, y así fue como nació la hermosísima ciudad de A Coruña.
Otras leyendas atribuyen el faro a los celtas. Según ellas y el imaginario popular , Mil, sobrino de Ith, divisó Irlanda desde lo alto de una torre en España construida por su padre Breoghan o Breogán y decidió viajar en su nave para conquistar esa lejana
La realidad histórica nos dice sin embargo que la ciudad nació y creció en torno al faro construido por los romanos para intentar superar su secular miedo a internarse en ese inmenso mar que significaba para ellos el Finis Terrae, el fin de la Tierra.
En el siglo II, durante el mandato del emperador romano Trajano, se construye la torre de Hércules para guiar a las embarcaciones que navegaban hacia las islas Británicas en busca de estaño, cobre y hierro. El arquitecto Cayo Servio Lupo, natural de Coimbra, dedica su obra al dios de la guerra Marte, tal como se indica a pie de Torre.
En el siglo XIII, Alfonso IX reconstruye y puebla el viejo puerto dándole el nombre de Crunia. Durante varios siglos la Torre sigue abandonada e incluso en el siglo XVI, sus piedras son utilizadas para construir el Castillo de San Antón y las murallas que defenderían la ciudad de los ataques de los ingleses. En el siglo XVIII recupera su función y su esplendor. Fue aprobada su reforma por Carlos III, iniciando los trabajos que le darían el aspecto actual en julio de 1788, trabajos que se completarían no antes de 1791.
La Torre de Hércules de A Coruña fue declarada el sábado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. España cuenta ya con 40 bienes culturales que han obtenido este reconocimiento mundial, siendo el segundo país en número después de Italia.
Gracias por dejarme estar aquí... Os espero en A Coruña, merece la pena.
ResponderEliminaryo esa torre no la conozco, pero sí el faro de finisterre, supongo que muy relacionado con la torre de hércules
ResponderEliminarimpecable tu forma de redactar!!!
ResponderEliminarun beso