17 junio 2009

Hablemos...


¿Sabes que a veces tengo unas terribles ganas de hablar contigo?

Tener cualquier tipo de conversación continuada, un dialogo y no un monologo de los míos… saltar entre conversaciones y perdernos el uno al otro en la mitad del camino, expoliar tus exposiciones con interrupciones oportunas… en fin… ser dos personas normales

No se porque somos incapaces, aunque básicamente es por mi extraña manera de vivir la vida… soy incapaz de amoldarme a la realidad que se respira en el mundo… la abandone hace mucho tiempo… salí de esa pecera porque en un momento de la vida… encontré la puerta mágica y no la deje pasar.

Agarre la oportunidad y deje atrás todas las cosas que no me servían para nada… metí lo que necesitaba en una mochila y cambie de mundo para no poder regresar jamás… fue una apuesta arriesgada que al final salio bien… pero las perdidas fueron incalculables.

Pero todo se resume a una simple cuestión de estadística pura y dura… de todos los que encuentran la puerta… al menos uno consigue cruzarla… el secreto era no darle la espalda porque si lo haces… desaparece y no la puedes volver a encontrar… o tal vez si, pero ya no esta escrito…

Abrí la puerta… y di un paso… el aire pesaba un mundo entero y me aplastaba en el avance… pero aguante… rebusque algo de acopio en mis bolsillos y continué con la creencia firme del que camina sin miedo.

No podía haber nada peor que aquello… una realidad plausible, pero no creíble… una tabulación rígida de normas sin sentido… de reglamentaciones para convertir a la masa en una persona estandarizada y regida por algún tipo de juicio o responsabilidad.

La ausencia de las muelas del tormento me habían dado el resultado de la incognita… y yo me fui de mi mundo para acabar en el siguiente… Algunos nunca dejan sus ciudades porque piensan que en otras peceras no podrían sobrevivir… yo asalto peceras porque se que lo único que diferencia a la pecera un día y otro es el contenido del oxigeno y los minerales del agua… hasta que se cambia en al menos un 20% de su volumen.

Decidí contemplar todas las peceras del mundo… sumergirme en sus aguas y vivir entre sus peces… recordar cada recodo y su vegetación… los aromas y los sabores… y hacer un sin fin de imágenes en prevención de la amnesia y posteriormente olvidar los recuerdos.

Perdí quizás lo mas importante de todo y que hasta ese momento no había echado de menos… poder comunicarme entre mundos… deje el mío para venir al tuyo… y en el camino me olvide que en la misma pecera no se entienden las palabras… porque el eco choca contra las paredes y las convierte en un murmullo poco interesante.

En cambio entre mundos… la voz es nítida… un ida sin regreso posible… un viaje sin destino y como tal era excitante… burbujeaba y brillaba como una pepita de oro.

No se en que punto de la distancia se cortó la comunicación… llego el vacío y la incapacidad de poder sentarnos a hablar tranquilamente… seguíamos siendo las mismas personas… sólo cambiaba la ciudad…

Extravié lo que nos hacia especiales aplastándolo con mi falta de control y el juicio inexistente… cruce la puerta y gane un fantástico premio como recompensa a la vida llevada… pero en el cambio desapareció lo que regaba mi cerebro por las noches de luna llena… tu voz dorada contándome historias sin sentido… pero no sin importancia.

Esos minutos o instantes áureos daban un brillo estelar a cualquier sentencia que pudieran expresar nuestros cuerpos… nos convertíamos en estrellas… pero ahora los dos brillamos por separado… pero a menos intensidad… el intereses se escabullo entre niebla por las callejas y los altos edificios…

Me siento naufrago de cien peceras… aliviado porque sobrevivo a todas las fatalidades que causan el sonido de tus tacones en mi conciencia… y sigo teniendo suerte porque la vida me tendió un camino de baldosas amarillas para encontrar afortunadamente todas las puertas entre mundos.

Vuelve…

Tengo algo que contarte porque las noches se quedan en silencio si no escucho tus palabras… no te pido el cielo… ni siquiera el nombre de una estrella… sólo necesito escuchar los susurros de tus pensamientos para poder volver a dormir una noche… una exclusiva noche en que no me quede absolutamente nada que decirte.

4 comentarios:

  1. esos cambios de mundos y peceras evocan el ir de blog en blog leyendo pensamientos de gente del mundo entero

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  2. Me parece genial que seas un escritor sin imaginacion... si tu lo haces asi... me alegro de ello... yo particularmente leo menos de lo que escribo...

    Sera porque soy vago... o que me paso el dia fumado... de ahi los mundos burbuja... pero quizas sea que tenga esa pecera hexagonal en el salon de mi casa... que una chica me hiciera cambiar de ciudad... o que mi pez Nemesis (el dorado) hable conmigo a su manera...

    Puede que sean demasiados quizas para ti... que lastima porque no eres capaz de crear sin la posibilidad de tener que inspirarte leyendo... o criticar por envidia de no conseguir hacer algo que puede hacer una legion de monos.

    Por cierto... cuando quieras escribes para nosotros... pero tranquilo que te dejare esta misma invitacion en tu blog...

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  3. miauuuuuuu...gracias por tu visita me ha hecho mucha gracia...soy seguidora tuya ¿lo visteeee? hasta otro ratito.
    besos
    Marina

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  4. Un placer para mi es entonces... pues eres la dueña de la espiga dorada.

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