A mi padre

Poco a poco se fue apagando tu vida

entre suspiros, sollozos y estertores

quién podía imaginar tanta agonía

en un ser que amaba la vida y sus pasiones.

Te fuiste marchitando así muy lentamente

como se marchitan tus flores preferidas

blancos jazmines que quedaron sin aliento

cayeron contigo como lágrimas al suelo.

Los ángeles celosos cerraron tus ojos

apagaron la luz tenue de tu mirada

fue entonces que se oscureció la madrugada

y juntos llevaron tu aliento fatigoso.

Esa madrugada fui a descansar un poco

cuando logre reconciliarme con el sueño

te presentaste allí con tu mejor traje

y proyectaste un vídeo con recuerdos.

Estabas alegre diciéndome, estaré

mi pequeña, cuidare de ti desde el cielo,

con esas palabras me sentí vulnerable

y el teléfono me anunciaba tu deceso.

En el libro de la vida tienes un tomo

un libro escrito para ti con tres capítulos

Nació: en la tierra fruto de un gran amor.

Vivió: defendiendo sus ideas políticas.

Murió: luchando ferviente por su prójimo.