31 agosto 2009

Élida Annick 10.





Mirage(nº137)




Se desperezó de su dulce onírico
en su pesadumbrada melancolía,
y como aquel glorioso día
en que fué princesa de castillos y azulados
dejó la tierra que su pequeña rosa conquistó
y se fué a lejanas tierras de condados.




Aquel que su rosa había sido;
aquel que su latiente arrebatara;
no era más que un angelito huído
que por igual a ruiseñors y lunas amaba.




Y aquí,en mi ``costa verdescente´´,
ya no late ni mi latiente
porque ya sin trocitos para amar quedó,
y sin quererlo ni sonrisas esbozo yo.



A cada paso doblan campanas.
A cada risa un lloro ahogado.
Quien fuera de este árbol ramas
para que me ame algún amado.




A cada suspiro una noche eterna.
En cada tiniebla una encendida vela.
Quien fuera dulce sonrisa tierna
para no perderse en esta niebla.



Neblina en mis dos verdosos
que no me dejan saber ya nada.
Siguen por muchos angelitos llorosos
y por una rosa mi alma enamorada.



Que yo reviviera en su corazón.
Que me amara de nuevo al verle.
Sólo para al oído poder decirle:
``Je t´aime mon petit demon´´.









2 comentarios:

  1. Hay amores que viven en uno... en sueños... o simplemente se desea revivirlos aunque sea por un solo instante. Te sigo.

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  2. Hola amiga...

    Tus vesos son simplemente preciosos!
    Te felicitos, estoy muy encantada!
    Un beso

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