04 diciembre 2009

Alquimia destilada.


Repica el pasado a un ritmo unísono que se va acelerando… viene pegado detrás de nosotros acechando para darte un mordisco cuando te tropieces de nuevo con algo ya conocido. Esquivo los malos recuerdos con los ojos tapados para no volver a verlos… soy un ciego con la mano alargada palpando el destino que esta por llegar.

Reconozco las cosas por su textura y no suelo fallar. Las malas experiencias son demasiado áridas para que no sienta su sequedad a metros de distancia. Son pozos de arena movedizas camufladas perfectamente con la realidad. El que las creo se pasó una vida entera exprimiendo su obra hasta lograrlo y a día de hoy, es peor fiarse de la vista que del olfato.

El estilo es no quedarse parado cuando todo hace aguas. Cada día nos volvemos mejores… eso debe de rezar algún optimista religioso cuando hace siglos que los que dejamos de pensar en figuras de madera y metal descubrimos que todo va a peor.

Se pierden los demás a pesar de que sus GPS funcionan a la toda velocidad, echan la culpa a las obras y la mala cobertura mientras esperan tomándose un café a que alguien pueda ayudarles. Suelto una sonrisa para que todo lo que me rodea no me sea desconocido. Vuela entonces al lado de mí tocando el violín para que la vida sea mas alegre junto a ella.

Los días se pliegan uno tras otro como las paginas de los calendarios de las oficinas. Debajo de mis pies los nombres de la semana van fundiéndose al tiempo que sigo bailando sin perder el ritmo del compás de las espirales que va dibujando un ser incapaz de completar un ciclo de cualquier circunferencia por no caer en la reincidencia.

El mundo sigue siendo un juego de niños todas las mañanas. Ellos siguen sonriendo mientras toman el desayuno antes de ir a clase… los adultos con sus ajeteadras vidas de cafés matutinos y periódicos a media jornada, perdieron la esencia de la felicidad cuando se hicieron mayores de edad. Es la supuesta evolución que se presupone a la madurez… Maldita estupidez vendida a precio de oro por algún necio que perdió su infancia entre las pilas de papeles que se le amontonaban en el escritorio.


Extraviaron en algún lado de sus laboriosas existencias lo que les hacia sentirse completos y ahora los que pueden se conforman con esas sutiles delicias cuando nadie les ve… algunos no llegaran a ver los 20 y otros han olvidado lo que eran… Una verdadera lastima perder antes de haber podido siquiera empezar… o haber dejado de participar porque pensaban que ya todo acababa de terminar.

La pena es un arpa desolada tocándose sola en la oscuridad de un salón abandonado… Me acerco a ella y la acaricio para que las flores aparezcan por todo su cuerpo salpicado como una primavera oportunista que se acerca al sol que mas calienta.

Bailo por el tablero de ajedrez mientras ella toca sus mejores notas de acompañamiento a mis pisadas sobre el mármol reluciente… patinan las pesadillas para acabar escondidas debajo de las faldas de las mesas en espera de morder las pantorrillas de los incautos que se acercan demasiado a ellas.

Una burbuja viene a mi encuentro y me pide cortésmente que desaparezcamos. Me despido de la soledad y arrojo un beso con espinas a la chica de la música. Lo manipula con cuidado mientras come del dulce interior. Su sonrisa me recuerda a la mía pero con más inocencia. Me despido con una reverencia antes de que la habitación quede en silencio. Apago la luz y el polvo vuelve a posarse sobre mis pasos para borrar mi presencia.

Somos fantasmas de carne y hueso caminando por una existencia de atrezo que no nos pertenece. El necio sigue cogiendo todas las cosas bonitas que brillan delante de sus pupilas. Acapara y reúne perturbadamente como un pastor celoso de su ganado. Las va metiendo en su saquito de terciopelo.

El mundo se ríe a carcajadas mientras mis pies de hormiguita recorren su panza redonda de felicidad absoluta… Los dos sabemos que el polvo se lo llevara todo para esparcirlo mas tarde en otro lado. Suelo el aire mis bolsillos porque nada de lo que hay dentro me pertenecía antes de haber nacido. Sigo manteniéndome en los límites de la percepción aburrido de una existencia absurda de pretensiones sin sentido de los que hablan sin decir nada.

En la tierra de los viejos las historias de los que ponen el punto y final tienen mas sentido porque tienen el fundamento decantado por el juego de un alquimista demenciado que sabia como concretar las cosas con un solo deseo.

Cierro los ojos y me dejo llevar a la tienda de los tebeos que olían a paginas amarillentas y abandonadas, allí todo Dios puede sentirse un hombre extraordinario viajando sin rumbo por el país de las maravillas. Abro la portada y las viñetas me llevan ordenadamente en un mar de bocadillos con sus palabras como único ingrediente sobre el fondo blanco de los ojos se abren para empezar a soñar con los designios que vertieron sobre sus almohadas.

1 comentario:

  1. Uno sabe donde empieza a leer, pero nunca conoce por donde nos lleva su grandilocuencia optimista (Gala definición, por supuesto)

    ResponderEliminar

Mensaje