09 enero 2010

Ecos sin nombre.

Se escucha el rumor del pasado cuchicheando historias trucadas detrás de la siguiente esquina. Lo sucedido es un tipo con un humor extraño que pretende hacerte dudar de cada paso dado en el camino, sabe jugar con sus cartas y también con las tuyas porque aprendió a utilizar el reflejo de los espejos. Particularmente él no deja de caerme simpático tras conseguir escribir su nombre de destino con líneas en mi cara.

No tengo ningún miedo sencillamente porque a simple vista esta más destrozado que yo. El sigue cargando con más de lo que puede aguantar y a pesar de todo sigue sin pedir ayuda dibujando sonrisas con tiza cada mañana al despuntar el sol. Cuando vuelve la noche tiene toda una oscuridad para esconder sus temores en todos los agujeros que conozca para que a la mañana les sirva de fosa donde descansar el sueño de los olvidados.

Llegados a un momento la amnesia me ha ido liberando paulatinamente de todas mis cadenas y salvo alguna que mantengo, el resto de lo que me sobraba ahora pertenece a un hombre que no quisiera ser ni estar en su pellejo. Me mira extrañado y pregunta como soy capaz de seguir adelante.

Sonrío y le contesto que solo hay que seguir el ritmo. Se derrumba en el fondo como una pila de libros desaliñados cuya inercia ha llevado al conjunto al desastre. No importa el desorden si no vuelvo a pisar esa habitación… La abandono como quien deja algo que ha parado de interesarle, sin dudas ni girar la mirada atrás… no hay remordimientos porque ni siquiera ha existido.

La habitación desaparece en algún agujero negro que la jornada disimulará bajo alguna alfombra acolchada. Vuelven los peces a nadar en la nueva burbuja sin temor alguno a recordar la anterior morada. Vuelan sobre los puentes del agua deslizándose como líneas acuosas de mar ondulado.

Van borrándome todo lo que haya que eliminar… pulen los relatos hasta no dejar mas que esqueletos de coral. No sienten al tiempo, ni temen a la oscuridad. Surcan la ingravidez de sus pensamientos en una pecera que acabara siendo infinita. No sienten nostalgia por eso te recuerdan a cierta persona. El hombre coge una silla y se sienta a mi lado a observar como todo continúa a cuando no se da ningún paso. Mantiene el silencio de las corrientes de burbujas y los saltos a vacío.

Cuando se cansa de esperar… se levanta y metiendo la mano en la pecera se santigua. Deja algo de mi pasado precipitándose hacia el fondo del acuario y una mancha diluyéndose en su superficie. Se marcha por la puerta sin ni siquiera despedirse. Sin decir nada le digo hasta luego. Tarde o temprano los problemas encuentran solución, mientras tanto arrojas una moneda al estanque para elegir la siguiente opción.

Nemesis ha regresado con su dorada silueta de metal humeante. Disparo un solo tiro y logro alcanzar a la luna llena en su costado para precipitarse herida por el horizonte. Salgo a buscarla con un bote de algodón de nube y una caja de tiritas. Todos mis besos llevan su nombre y he dejado de repartirlos cansado del reparto a domicilio. Guardo los excedentes en una bolsa de cuero y regreso junto a mi pistola al activo.

La cacería ha comenzado sacrificando lo que más quería para completar así el vínculo de sangre. Ahora ya somos otra vez un mismo ser latiendo en dos mundos distintos a la vez. Busco a mi pasado y relleno sus lagunas a base de vaciar un cargador entero a modo de una lluvia de plomo mezclado con rabia. Aun humea su pecho partido cuando le condeno a sufrir su propia suerte. Olvido hasta mi propio nombre agarrando con fuerza de hierro a la otra mitad de mi alma.

Me pierdo por el túnel de la oscuridad en busca del siguiente escalón que aún no se ha dibujado.

2 comentarios:

  1. BRAVO!!!! APLAUDO DE PIE!!!!!!!!!
    gracias!
    lidia-la escriba
    www.deloquenosehabla.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Sincera prosa literaria. Te felicito y espero por mi blogs.
    AMALIA
    http://amalialateano.blogspot.com

    ResponderEliminar

Mensaje