23 marzo 2010

M.B.


La luna se acuna entre los tejados de los rascacielos. Meciéndose tranquilamente sobre delicados hilos de seda. Serena porque en el cielo ella reina cuando se ha marchado el sol. Por encima suya, sólo quedan las estrellas que demasiado alejadas viven ajenas a lo que sucede en la bola cada vez mas azul de la tierra.

Distantes donde las miradas no llegan a alcanzar viven dos estrellas… Y como tales actúan en todos los escenarios donde se quedaron a oscuras. M y B son viejas conocidas. Sobretodo porque M ya estaba ahí cuando la radiante B entró en acción. Y esta historia no deja de ser una historia entre el mal y el bien que lleva desarrollándose repetidamente desde el inicio del tiempo. Aunque no deja de ser la misma cosa mirada desde perspectivas divergentes.

M es una gran estrella, de esas que parecen que nunca acabaran por extinguirse, pero que en la realidad sólo le quedan unos cuantos años de existencia. Sabe lucir con su intensidad desbordante porque inagotable su cuerpo se sigue encendiendo mientras escuche su propia música y siga su vida con su esencia. B en cambio a pesar de tener un buen tamaño, es más joven y aunque diga tener mucha experiencia en eso de iluminar. Sabe auténticamente una mierda de muchas cosas.

Demasiadas… según M… Que posee una extraña ironía que restalla en carcajadas cuando su dedo índice junto su mirada se topa con la B de sus pesadillas y su sequito de errores solucionados no por su astucia. El sarcasmo aparece en escena y riega con margaritas el suelo.

Por cosas del destino la B reina ahora mientras que la vieja M ha quedado relegada a un segundo lugar. El cual sin ser hipócrita piensa de todas formas en ese buen lugar… No es que no quiera obedecer, sino que en realidad ni siquiera desea mandar. Conoce al tiempo y sabe que todo acabara por ponerse en orden cuando a la siguiente mano le den cartas nuevas.

Sabe aguantar, traga saliva y agacha la cabeza… Dentro de si mismo el conflicto entre el deber y la irresponsabilidad hacen una guerra de piquetes, pero sigue mostrando la misma entereza que aprendió hace años en otras galaxias mejor pobladas. Recuerda cuando B llegó y nadie le aceptaba porque le faltaba carisma y le sobraba soberbia. Sonríe porque por suerte todo vuelve a su lugar con los ciclos de las mareas.

Así que resignado hace lo que sabe hacer sin importarle demasiado lo que fingen ser los grandes, ejecuta ese juego con la elegancia del que sabe salir de cualquier problema porque aprendió álgebra y aritmética… Pone su música y sigue bailando tan ágil como el primer día. Lo hace genial porque por detrás los que van en cabeza nunca miran atrás… Vive en su propia burbuja y danza de una forma natural. Brilla sin quererlo porque la excelencia marco sus pasos desde la primera explosión.

Escucha las broncas sin reventar por la ira… vive en otra realidad de la que todavía no tienen las llaves. Es un esclavo por voluntad y por tanto… sabe hacer las cosas tan mecánicamente que ni los autómatas logran seguirle el ritmo, por desgracia no todos pueden decir lo mismo. Porque tiene un corazón que late con la fuerza de las fisiones del helio y la adrenalina que corren por sus venas.

Echa de menos a su amigo el Sol porque ya tienen esas conversaciones que mantenían antes eternamente y porque de sus otros hermanos aprendió el oficio de ser alguien estelar. Ahora la luna vuelve a flirtear con su divina sonrisa resplandeciendo en su espejo de plata orientado coquetamente hacía su posición.

M sigue siendo el niño de sus ojos porque B ni siquiera ha logrado a conocerla. Así que cada noche cansado de la compañía del irritante de su vecino. Baja raudamente a conversar con la luna. Su propia luz sigue llegando años después… por lo que todavía nadie se ha percatado de su verdadera presencia. Viaja a la velocidad del pensamiento entre todas las realidades plausibles y conoce donde quiere estar.

Puede que vuelva estar por debajo… pese a todo… siempre estará por encima. Porque la posición no depende del espectador. Sino de la justicia. El sabe lo que es… quién es… y por supuesto sigue siendo mejor porque lleva mas tiempo ejerciendo su propia hegemonía… Es el hijo del Big Bang y familiar de las mejores estrellas. Brilla con la magnificencia de seguir haciéndolo tras muchos años sin fallar.

Cuando B llegue a su edad… seguirá sin brillar ni siquiera la mitad, porque el estilo y la raza son dos cosas que llegan por nacimiento y no por continuidad… De casta le viene al galgo cuando se le pide que queme el asfalto con sus suelas. Vuela entre planetas esquivando todos los problemas para continuar su placida existencia en paz.

Soporta como un titán las cargas que por momentánea injusticia soporta, porque tarde o temprano le liberaran y podrá volver a ser el Dios en la tierra y el muerto en el cementerio. Sonríe y espera saboreando el silencio de los justos. Calla su afilada lengua conocedor que no todo depende de la cantidad… sino de la calidad.

Susurra al oído de su victima: Todo llegará… y besa la mejilla de la luna sin necesidad de pestañear. Para él todo es un juego en manos de un genio. Mira las piezas y va descubriendo su funcionamiento. Y todo cobra vida antes de que pueda terminar… porque cuando una cosa se conoce el después… tiene lugar. Ante todo hay una diferencia entre saber… y poder ser capaz de hacerlo… Solo un paso que no esta al alcance de cualquiera.

Al final solo depende una cosa y nadie lo puede negar… es importante el ser y el estar… sobretodo si coinciden en el mismo punto. Pero aún lo es mas ser conciente del potencial de uno mismo y sus deseos.

Por mucho que B desee destacar… M conoce que su presencia es la que hace posible la supervivencia de esa galaxia… respira hacía dentro y desde sus entrañas hacía sus adentros desea estallar… Imagina como todo se concentra en un punto para después fragmentarse en una infinitesimal metralla de fuego que arrasaría aquella parte del universo destrozándolo todo para después producir un agujero negro que succionase los restos antes de volver a expulsarlo todo arrojándolo con desprecio e ira. Sonríe y expulsa un silbidito.

Es lo que tiene ser una hipergigante… y B una simple enana blanca. El conocimiento no cabe lugar, sólo entiende de datos y saber utilizarlos. Para algunos es una estúpida herramienta inútil, para otros… el pilar que sostiene un mundo de posibilidades interminables.

1 comentario:

  1. Buena manera de "disfrazar" las realidades sociales.

    me pareció oportuno ponerme un poco al día, jajajja, salute

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