05 octubre 2010

La danza de los cuchillos


Por fin sucede cuando todo parecía perdido. Como de costumbre Murphy ríe desde su tumba escondida a la vista de los curiosos morbosos. De entre toda la muerte que abunda en el frio y vacio espacio, nace una estrella… una de esas minúscula a la vista pero a pesar de todo gigante. De las que prometen dar caña desde el principio e iluminar con esplendor hasta que llegue su final.

Algunos llevan tiempo esperándolo… otros quizás una vida resumida en un reglón.
Nunca llegarás a nada!
En cambio por una vez sin que sirva de precedente estaban equivocados. No debía entrar dentro de sus múltiples cábalas y conjeturas. No esperaban nada de él… pero la verdad es que él directamente no esperaba nada de nadie… Al menos así la balanza estaba equilibrada, antes daba demasiado y lo único que recibían eran números rojos. Así que dejó de ser tan generoso y las cuentas empezaron a salir correctamente. Seguía siendo él, pero con otro estilo más selectivo.

Y tanto va el cántaro a la fuente, que la fuente termina por secarse y he aquí que el cántaro sobrevive y como tal al final consigue terminar dentro de una urna adornada con un cartel que pone reliquia ornamental que consiguió convertirse en la excepción de un dicho. No es más cierto aquello que diga mucha gente, sino lo que realmente esta contrastado. El jarrón acaba sin romperse contra todo pronóstico y el chico de la extraña sonrisa consigue convertirse en una estrella.

A veces las cosas no salen como deberían y otras directamente ni salen, nadie está seguro al 100% de nada ni dentro de una cama. Por lo que en el fondo todo se reduce a una partícula que al chocar produce una reacción en cadena. No sabe de dónde viene ni a donde va, el porqué, ni el cuándo. Somos unos completos interrogantes caminando libres por la superficie del mundo. Pero él se ha encontrado y parece que todo comienza a ir bien.

Esta vez evita hacer castillos de arena en el cielo y prefiere una construcción más robusta a base de buenos cimientos y pilares de hormigón armado. Paso a paso pretende brillar cada día más que ayer, incluso más que al mediodía. Olvida lo malo y lo guarda en una de esas cajas que regalar a la beneficencia en navidad. Se viste con humildad y entierra el orgullo en un agujero que después olvidará.

Vuelve la lucha… la superación, no tiene miedo… lleva entrenando mucho tiempo. Se coloca sus brillantes zapatos y se pone la chaqueta. Ha perdido el miedo a todo lo que ha conseguido superar. Dirige la orquesta porque el espectáculo está a punto de empezar.

El chico comienza a brillar como uno de esos cometas eternos que nunca terminan de pasar… Lo hace con una magnifica sonrisa porque tras tanto esperar sus regalos han llegado. No necesitaba mucho más.

El mundo ó ella… y por fin tras tanto divagar el mundo se entrega por su propia voluntad a sus pies, para que sus sueños se hagan realidad e ir dominándolo todo sin que nadie pueda percatarse de la maniobra encubierta. Es un maestro marionetista que tiene más tires que dedos en las manos.

Sabe las respuestas y puede hacer líneas que las unen a sus preguntas. Conoce demasiado y por fin consigue salirse con la suya. Todos le quieren, y dicen que le echarán de menos… intentarán raptarle, pero seguramente no lo consigan. Dicen que nadie es irremplazable, pero hasta el más idiota sabe que eso no es cierto. Se perderán muchas cosas y puede que las ratas salgan huyendo frente al temporal que se avecina. Pero nadie podrá robarle su libertad. Camina ya sin grilletes rumbo a la siguiente estación.

La suerte es una parada inesperada que pasa cuando tiene que ocurrir. Por desgracia… él no necesita llevarse bien con todos los que deja, ya tiene una abundante familia como para evitar la intromisión de desconocidos indeseados. Coloca trincheras en todas sus salidas y ventanas y promete defenderlas hasta la victoria. No tiene piedad porque ha pasado una vida agotando el sufrimiento para que ahora el dolor siga conservado en formol para otro usuario pueda sentirlo al natural, sin dulzuras ni caricias calmantes. Raciones personalizadas para cada individuo a su debido momento

La estrella brilla y no se puede apagar... Pueden intentarlo, pero su caparazón es una esfera perfecta que lo protege de todo lo que no esté dentro de sus problemas. Flota como las burbujas de jabón que hacen los niños en sus bañeras. Ingrávida y aunque delicada, enormemente bella con sus colores corriendo por su piel. No importa nada que no sea ese instante porque lo que suceda después es un abanico de posibilidades a punto de florecer.

2 comentarios:

  1. Llego en un buen momento para expresar mis felicitaciones por este RELATO y los muchos que han de venir. Tus palabras tienen el vuelo libre y maravilloso de las aves y ponen al descubierto tu inmenso talento. ¡Mis repetidas felicitaciones!Un abrazo y Felicidades.
    AMALIA

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  2. Si, nada hay seguro.

    Lo unico de lo que estoy seguro en la vida, es que jamás estaré seguro de nada :)

    Me gusto ^^

    Abrazoz

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