(Manos, las de la abuela)
Aquellos dedos valientes que la artritis no pudo vencer
Diez alfiles morenos hábiles y guerreros
Alquimistas del huerto, de hierbas y especias ingredientes de tu piedra filosofal
Magos del hilo la aguja y los palillos que tejían escudos contra el frio
Artistas de la sartén, cacerola, la leña y el infiernillo
Hornillo de adobe y ladrillo con forma de pan
Del trigo espejuelo, del maíz, bizcochuelo, rosca, bollo y maicillo
Aplanada burbuja de harina con agua y sal
Atletas que baten, amasan cortan y enrolan
Mágicas formas que nos divertían, juguetes que mojados en leche nos empancinarían
Dedos morenos curvados por el paso del tiempo, agrestes y fieros ante el batan
Caricias gráciles en mi negro cabello, sutil pañuelo de lágrimas y mocos
Cuanto llore después de caer de bruces, atontado saltimbanqui
Dedos hipocráticos que todo lo alivian, como diez joviales cosquilleantes
Estos diez guerreros fieros, alquimistas sabios y sesudos
Artistas de la cuchara de palo y olla de barro
Médicos payasos de la tristeza y el llanto
Forman una sola entidad bendita un solo equipo de superdotados
Son las manos de la abuela que aunque ya no era quinceañera eran agiles y alegres
La pureza de sus manos hacía un símil del aletear de los ángeles
Posándose en mi hombro si las nubes y torrentes turbios nublaban la existencia
Podría dejarme morir en ellos y allá arriba me llevarían
Pero tú te fuiste primero
Tus manos te llevaron volando y algún día posare mi alma en ellos
En tus dedos porque no hay manos como las tuyas. Abuela
JUAN CARLOS
ResponderEliminarFrescura. Pureza.
Armonía y sensibilidad
a flor de piel.
Te felicito, es bellísimo!!
Un verdadero homenaje.
Un beso
Amalia
Que puereza es angelical, tierno digno de todas las abuelitas!
ResponderEliminarUn Besito marino
Muchas gracias por los comentarios.. son muy apreciados.
ResponderEliminarque bueno que les guste...
Gracias...
No tengo tanta oportunidad de pasar por este rincon, pero veo que sigue siendo un refugio calido para nuestras palabras.