Como un hipocondríaco
reptando entre síntomas.
Los pliegos caprichosos de la piel ajena
no comprenden
ni abarcan
la complicada estalactita hormonal
de la testosterona.
Una enciclopedia tantrica,
un bibliorato de autosatisfacción,
el punto g de su madre
con luces de neon.
Sin palabras... preciso y escueto con la luz electroboscopica... impresionante experiencia.
ResponderEliminarAgradezco tan cálida recepción que, para ser sincero, no me esperaba!
ResponderEliminarEspero que esto se haga perpetuo!
La verdad es que es un escrito muy curioso. Sinceramente, no me lo esperaba. Es un reto a las palabras.
ResponderEliminarSe hace lo que puede, es mi humilde esfuerzo.
ResponderEliminar^^
llego tarde, pero en fin, bienvenido y espero más idas de olla expresivas como esta. un abrazo.
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