Hoy albergo en mi memoria
cuentos de gran decepción.
Ingrata insatisfacción
la que soporta mi historia.
Nunca podré ver la gloria
que muy paciente esperaba,
y todo lo que soñaba
sin contar la realidad.
Animal que con frialdad,
sin notarlo me acechaba.
Los desengaños a veces son necesarios pues nos aportan enseñanzas o nos hacen cambiar de táctica...hay que sobreponerse e intentarlo una vez más,creer que es posible y soñar!!!un abrazo!
ResponderEliminarTristemente bello, tristemente cierto
ResponderEliminar