No es el miedo a que llegue a tu casa,
es el miedo a que entre, y asalte la nevera,
y ponga mi ropa en tu armario, robe tu almohada
me instale en tu cama, y me quiera quedar.
No es el miedo a que te busquen mis ojos,
es el miedo a que te encuentre yo y te mire,
a que beba de ti,
me alimente de ti, respire de ti,
y tu vida se quede clavada a la mía,
que en el mismísimo acto quedemos un nudo, siameses,
con un corazón compartido, y te siga cual sombra,
y te quite la paz
No es el miedo a que mis versos de contrastes
te recuerden a Arjona,
deberá ser el miedo a que te hagan reír, y que yo lo sepa,
y a que alevosamente te haga cosquillas,
y riamos los dos,
y con pretextos atentos comience a besarte,
a que quieras abrazarme
y decir que nunca, que jamás te irás,
que seremos, que nos pertenecemos;
miedo a que yo todo lo intuya, y asientan mis gestos,
adivine tus deseos y te diga que sí,
que no importa que pase, llegué y te quedaste.
Tiene que ser el temor más profundo a que, refugiada en tu pecho,
con voz y persona, jure junto a tu boca
que nunca te dejaré de amar.
es el miedo a que entre, y asalte la nevera,
y ponga mi ropa en tu armario, robe tu almohada
me instale en tu cama, y me quiera quedar.
No es el miedo a que te busquen mis ojos,
es el miedo a que te encuentre yo y te mire,
a que beba de ti,
me alimente de ti, respire de ti,
y tu vida se quede clavada a la mía,
que en el mismísimo acto quedemos un nudo, siameses,
con un corazón compartido, y te siga cual sombra,
y te quite la paz
No es el miedo a que mis versos de contrastes
te recuerden a Arjona,
deberá ser el miedo a que te hagan reír, y que yo lo sepa,
y a que alevosamente te haga cosquillas,
y riamos los dos,
y con pretextos atentos comience a besarte,
a que quieras abrazarme
y decir que nunca, que jamás te irás,
que seremos, que nos pertenecemos;
miedo a que yo todo lo intuya, y asientan mis gestos,
adivine tus deseos y te diga que sí,
que no importa que pase, llegué y te quedaste.
Tiene que ser el temor más profundo a que, refugiada en tu pecho,
con voz y persona, jure junto a tu boca
que nunca te dejaré de amar.
Me encantó!! Hermoso..
ResponderEliminarEsta parte me llegó...es tan cierta...
"No es el miedo a que te busquen mis ojos,
es el miedo a que te encuentre yo y te mire,
a que beba de ti"
Nunca el miedo construyó tanto, aunque sea llamado de otro nombre por mi.
ResponderEliminarReverencias sentidas del lobo y aplausos de pie.
aullidos poéticos