24 octubre 2009

Como un aroma de orquídeas


Como un aroma de orquídeas,
estas noches laberínticas
farolas gruñonas vigilando la calle.
Con el mundo partido en dos mitades:
yo, y el vacío.
Los abrazos atomizados.
Formando parte de ese universo
al que le avergüenza hacerse viejo.
Los días quebrados
en los que se encharca el alma.
Y el deseo y los silencios florecen en la ciudad
transparencia opalescente.
Visito cada esquina
como un perro
que asustado por la sonrisa de la luna
intenta esconderse tras una estrella.

1 comentario:

  1. que las estrellas nos escondan no en su oscuridad, sino en su luz

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