4-Nada dura para siempre. Todo tiene un fin.
Si efectivamente. Si miramos la vida. Todo tiene un inicio y un final. Nada es para siempre.
Esta visión de comienzo y fin, creada y fomentada por las personas, tal vez tenga su base en la exquisita belleza de lo sutil y efímero. Los momentos geniales de nuestra vida, por norma general son instantes, milésimas de segundo y suelen tener una duración breve. O, aunque sea larga, mientras los vivimos se nos hacen increíblemente cortos, minúsculos. Entre muchos motivos, su genialidad es por su escasa duración, por ser tan efímeros, por tener esa pizca de fugacidad pasajera. Esto nos permite recordarlos, vivirlos, rememorarlos tan intensamente cuando deseemos, que realmente para nosotros son eternos. Hacemos eterno aquello que deseamos. Y por ello, le ponemos final a todo. Somos nosotros quienes elegimos a que conceder la eterna belleza, la capacidad de hacernos sonreír mientras lloramos, la posibilidad de ser felices entre tanto caos y de forma eterna siempre que queramos darle vida con un breve pensamiento. La elección esta en nuestras manos puras. Tan solo necesitamos imaginar, reflejar su luz en nuestra vida. Y desde nuestra posición de soñar. Volver a vivir una vez más todo lo que queramos.
“Los momentos de nuestra vida,
los que definen como somos,
jamás fueron planeados”
Mamen Somar
Hace años, un gran amigo, cuando empecé a investigar, me enseño que para demostrar algo, tengo que demostrar que no es todo lo demas. Es decir, para demostrar que algo es negro, tengo que demostrar que no es rojo, ni amarillo, ni verde...etc. Hoy, demostrare esta verdad a base de eternidad.
“Todo es eterno”
“Nadie ni nada muere…
…si alguien los recuerda y rememora”
La instantánea de tu cara al verme. La mirada de dicha al besarme. Tu primer paso por el puente de mi sangre. El baile de mi sueño escrito en la pared, donde escribías con pintalabios un “te quiero”. Se esfumo el milagro puro y dejo paso a los deseos carnales.
La Mano te susurra a través de la piel. El gesto de la estatua inmortal en medio de aquella plaza. Y su sonrisa socarrona, cuando nos escondíamos detrás de ella para contar historias del universo, de miradas infinitas y de cómo me tiemblan las piernas con ese aura de grandeza. De eternidad.
La huella de tu dedo sobre mi espalda me abraza cada noche cuando lloro. Entonces sonrío y te siento cerca como en capítulos anteriores. Soy testarudo a pesar de los años. Prefiero las repeticiones, los recuerdos. Y me niego a creer en los finales. Pues la mayoría no son felices como en los cuentos de princesas, perdices y rufianes…ah! Y de príncipes claro!
”En la vida, nada muere si no queremos. Y menos el amor.”
Solo el odio y el rechazo pueden sepultar aquellos recuerdos que no deseas tener, y que sin embargo los guardas aun en tu regazo clasificados como “fundamentales”. Sin embargo tienes la necesidad de borrarlos por no poderlos revivir de nuevo y por la punzada directa al corazón que te clava la nostalgia…
Y no te das cuenta…que todo tiene vida eterna si así lo sientes, si así te convences y ves que con cada final nace algo nuevo y por tanto eterno. Que con cada abrazo, con cada amistad nace un sentir que te obliga a no querer morir nunca, que quieras ayudar a otro a sentir lo que a ti te han hecho sentir…todo. Se trata de un circulo vicioso de amor, hermosura, belleza, de vicios de sentir, de vivir. En el fondo….¡siempre fui un vicioso!
Antes no creía en nada. Aprendí a creer viendo. Me hice escéptico. Y aprendí a mirar con los ojos cerrados. Es como se mira bien el aura. Desde entonces soy escéptico del escepticismo. Cada noche realizo un último baile. Tomo un trago de la copa de vino dulce de aquella noche, me cuelgo de una estrella y la ilumino. Por fin me doy cuenta: cada segundo que desee será eterno, no lo guardare, lo viviré eternamente.
Para siempre
ese sentir exultante
me hace sentir feliz,
me congratula con
cada sonrisa.
Me ayuda a vivir.
“Nada”
dejara de existir,
todo será inmortal,
la muerte dejará
paso a mi frenesí.
Mis penas dejaran de fluir
mi sangre teñirá de escarlata
lo gris
no habrá principio ni final.
“Mi regalo será un folio blanco y vacío, un lápiz y una goma. La historia la empiezas tú, el final es para mí. Por cada línea una vida te daré, y al llegar al margen del papel, ya me encargo yo de no terminar.”
“Te protegeré del tiempo y de su final tantas veces como quieras.
Tan solo has de poner voluntad, sonreír a la tormenta.
Tener paciencia.
Y mi mano, siempre estará abierta
a traerte de nuevo,
a recordarte que si quieres,
viviremos nuestros deseos intensamente,
de forma perenne,
de manera incansable.
Los lamentos desterrados,
Las penas en un saco,
Y nuestro sentir puro y limpio
manos impolutas
Felicidad absoluta.
Todo lo que queremos,
Vivirá en el tiempo.”
Un abrazozzzz
Julián
Bravo!!!
ResponderEliminarMe gusta, lo unico es que en un rato se me habra olvidado esta maravillosa idea....
Abrazoz
ensayo filosófico con poesía y hablando de la inmortalidad que no es poco.
ResponderEliminarAullidos mortales del lobo escéptico de su huella misma.
Gracias lobo ;)
ResponderEliminarGracias Anonimo!
Abrazozzz a ambos!
PD: eso de "abrazoz" es mio :P y tiene copy-right, jajajaja. abrazoZzzzzz